Nekane Razquin Rozas | Responsable de Comunicación de San Jerónimo
La inteligencia artificial (IA) ha irrumpido con fuerza en nuestro día a día, generando tanto fascinación como incertidumbre. Y con ella, surgen muchas preguntas: ¿Qué riesgos conlleva? ¿Qué oportunidades ofrece? ¿nos ayuda o nos perjudica? ¿va a eliminar puestos de trabajo? ¿Qué ocurre con los datos que le proporcionamos?
Como toda gran innovación tecnológica, la IA despierta dudas, especialmente al tratarse de una herramienta capaz de analizar, razonar y ofrecer respuestas que, a menudo, son similares a las que daría una persona. Pero precisamente por eso, debemos buscar la manera de aplicar esta tecnología de forma responsable y útil, especialmente en sectores como el nuestro, donde el foco está en el bienestar de las personas.
En el ámbito sociosanitario, y más concretamente en el acompañamiento a personas mayores, la inteligencia artificial ya está presente en diferentes herramientas y soluciones, tanto en la gestión como en la atención directa. ¿En qué consisten? ¿Cómo mejoran la calidad de vida? A continuación, compartimos algunos ejemplos reales de cómo la IA está transformando nuestro sector:
Robots de acompañamiento: combatir la soledad y prevenir riesgos
Uno de los desarrollos más llamativos es SOM Care, un robot creado por el Grupo Saltó. Pensado para personas mayores que viven solas o en residencias, este asistente inteligente combina la interacción social con la vigilancia pasiva. Gracias a la inteligencia artificial, es capaz de detectar patrones de comportamiento, anticiparse a posibles situaciones de riesgo y emitir alertas en caso de emergencia, ya sea a familiares, profesionales o servicios de urgencia.
Pero SOM Care va más allá de la seguridad: ofrece ejercicios cognitivos, conversaciones personalizadas y dinámicas para ejercitar la memoria, ayudando a reducir la sensación de soledad. Además, mide constantes como la temperatura y puede integrarse con otros dispositivos del hogar. Una herramienta que, sin sustituir la atención humana, la complementa y amplifica.
Sensores inteligentes: prevenir sin invadir
Los sensores de monitorización pasiva son una de las aplicaciones más prácticas y discretas de la IA. En San Jerónimo tuvimos la oportunidad de participar en el desarrollo y prueba piloto de "Suelo Amigo" un proyecto de Centro Stirling, que consiste en un sistema de sensores instalado bajo el suelo que detecta mocimientos inusuales, como deambulación errática o caídas.