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30/10/2023


Como en casa en ningún sitio

Mario Ganuza Aranaz y María Jesús Berrueta | Supervisor de las Viviendas Jerónima Uriarte y Responsable de la Atención Directa de las Viviendas

La sociedad está en constante evolución, todavía más en la actualidad, debido, entre otras cosas a la globalización. En consecuencia, también cambian las expectativas vitales, lo que antes era suficiente para vivir, ahora no lo es. Pasa lo mismo con la vejez, las personas llegan a esta etapa vital con mejor salud, mayor conocimiento sobre lo que quieren y otros ideales sobre cómo desean ser acompañadas. Desde San Jerónimo se llevan observando esos cambios años, pero, no es hasta 2017 cuando empiezan a ser más notorios. El equipo empieza a ser más consciente de la necesidad de otro recurso al ver que las personas se inscribían con bastante antelación en la residencia pensando en el futuro, pero todavía no se veían viviendo en ella ni querían abandonar su casa están “bien”. Además, el equipo realizó viajes a Suecia y Alemania, en los que visitaron recursos alternativos a las residencias tradicionales, lo que les hizo reflexionar.

De ahí surge la idea de crear un nuevo recurso dentro de la Residencia San Jerónimo, las Viviendas Jerónima Uriarte, inauguradas en diciembre de 2019. Su creación respondía a la necesidad de cubrir el actual vacío funcional que siente un gran número de personas mayores que demandan poder vivir un modo de vida parecido al de su propio hogar. Son las primeras viviendas vinculadas a una residencia de Navarra y un recurso que no se ve mucho en España. Se construyeron un total de 10 viviendas siguiendo los criterios Passivhaus. El objetivo era ofrecer desde la Atención Integral Centrada en la Persona la máxima independencia y control de la vida cotidiana posible, atendiendo a las preferencias y elecciones de las personas que viven en ellas.

El recurso se ha ido adaptando a las necesidades, preferencia e intereses de las personas que viven en las viviendas, siguiendo el modelo de Atención Integral Centrada en la Persona. Por ejemplo, en un primer momento se elaboró un programa de actividades diario, siguiendo la planificación que tiene la residencia, pero enseguida se vio que no encajaba con el estilo de vida que buscaban en las viviendas. Los vecinos y vecinas autogestionan sus actividades sociales, crean sus propios encuentros, la dinámica es completamente diferente a la de la residencia. Por lo que, se programaron las actividades básicas, como la gimnasia o talleres de estimulación cognitiva, pudiendo elegir acudir o no a esas y a las programadas en la residencia, y el resto del tiempo son completamente independientes y gozan de autonomía.

No hay mejor forma de conocer más un vecindario que conocer quiénes son sus vecinos y vecinas. Es por ello que en el artículo de hoy se os presenta a varias personas que viven en las viviendas Jerónima Uriarte:

Miguel

Hombre, 76 años. Viudo. Comenzó a vivir en las viviendas desde su inauguración en 2019. Pasa la mayor parte del tiempo en la residencia y come también en una de sus unidades de convivencia.

  • ¿Por qué vivir en la vivienda vinculada y no en la residencia si haces vida allí?

“Tras fallecer mi mujer me encontraba solo y triste. Tras varios años así, junto a uno de mis hijos fuimos a consultar a la trabajadora social en busca de algún recurso que pudiera ayudarme, y ella nos habló de las nuevas viviendas vinculadas de San Jerónimo. Estoy contento, la verdad, en la residencia intento colaborar en todo lo que puedo, como allí para estar más acompañado, pero luego me vengo a mi casita y tengo total libertad y tranquilidad. No la cambiaría por nada.”

Mª Jesús

Mujer, 79 años. Entró a vivir a la residencia en 2018, cuando se enteró de la construcción de las viviendas se interesó por este nuevo recurso. Es autónoma, cocina, limpia lo que puede, sale a hacer recados y participa en las actividades de ocio de la residencia.

  • Estuviste en la residencia y luego te trasladaste a las viviendas, ¿Por qué?

“Ingresé en la residencia por necesidad, pero al presentarse la oportunidad de las casitas creí que ganaría en privacidad, que es algo que valoro. Tengo mi intimidad, pero sigo estando atendida, me parece la combinación perfecta.”

Teresa y Manuel

Matrimonio que llegó a las viviendas hace poco más de un año. Manuel 78 años y Teresa 74. Son completamente independientes, se hacen la comida, limpian la casa, y hasta cuidan de una pequeña huerta que propusieron tener junto a la huerta de la residencia.

  • ¿Por qué este recurso era la opción ideal?

“Desde que se inauguraron teníamos en mente venir aquí, nos llamaron una vez y no nos pareció el momento, pero luego pensándolo bien decidimos empezar a vivir aquí. Nos quisimos adelantar a lo que pudiera venir, al final vivíamos en un pueblo e iba a llegar un momento en el que no nos íbamos a poder encargar de la casa o no íbamos a poder bajar a Estella, además, poco a poco la vida social en el pueblo ha ido cambiando. Así que decidimos venirnos aquí para seguir siendo independientes todo lo posible y que nuestros hijos no tengan que encargarse de nosotros, ya que, es algo que vivimos con nuestros padres y no lo queremos para ellos.”

Jesús

Hombre, 82 años. Casado. Recién llegado a las viviendas en junio de este año. Completamente independiente. Se acerca a la residencia para comer de lunes a viernes.

  • ¿Por qué tomaste la decisión de entrar a las viviendas?

“Mi mujer está ingresada en una residencia porque tiene una enfermedad degenerativa, y yo vivía con su hermano que también tiene una enfermedad mental, por lo que la situación no se podía sostener mucho tiempo. Además, la soledad me estaba empezando a afectar. Justo me llamaron de San Jerónimo para ofrecerme la casita y me pareció la oportunidad perfecta. Aquí tengo total libertad, pero también puedo hacer uso de los servicios de la residencia. Como de allí porque me siento más acompañado, y los vecinos y vecinas de las casitas también me han recibido muy bien y organizamos muchas cosas, por lo que, la soledad ha quedado en el pasado.”